Balance Hídrico

El recurso hídrico, a distintas escalas, es afectado por la presión humana que modifica cada vez más su disponibilidad (cantidad y calidad). Este decrecimiento genera conflictos que se agravan si no se toman las medidas necesarias como la regulación del uso del agua a través de mecanismos de planificación, además de normativas y leyes que permitan su protección y una distribución en forma racional.

En ese sentido, es necesario determinar el estado actualizado de la oferta y disponibilidad del recurso hídrico y la presión por la demanda del mismo. También debemos tener en cuenta su distribución espacial y temporal. Esta información permite establecer lineamientos a seguir para su protección. También sirve de base a los usuarios y planificadores del recurso que consideran su uso y disponibilidad en proyectos actuales y futuros.

Si al proceso de variabilidad climática se le incorpora el cambio climático observamos que el comportamiento espacial y temporal de precipitación, temperatura y caudal sufre alteraciones en su régimen. Estos cambios hacen prever la probabilidad de ocurrencias de eventos extremos asociados a una deficiencia o exceso de agua. En ambos casos, es importante cuantificar el recurso hídrico para buscar el equilibrio entre las necesidades humanas y el requerimiento natural de los ecosistemas. Esta cuantificación se efectúa a través del cálculo del Balance Hídrico.

 

 

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