Recursos hídricos de Mendoza en su contexto regional

Hidrogeología en Argentina

Alrededor del 75% del territorio argentino es árido o semiárido, o sea, presenta déficit en el balance hídrico. A esto se agrega el hecho de que sólo dos regiones tienen abundante agua superficial aptas para consumo (Mesopotamia y Cordillera Patagónica). Es por ello que el agua subterránea juega un rol importantísimo en la provisión para consumo humano y riego. En nuestro país, aproximadamente un 50% del abastecimiento para consumo humano es de origen subterráneo.

 Mapa 23: Regiones hidrogeológicas de Argentina

 

Fuente: Auge Miguel, (2004).

En el mapa anterior se destacan las Regiones Hidrogeológicas 9 y 10 que corresponden, regionalmente, a la provincia de Mendoza.

Región 9. Presenta Precordillera, Cordillera Frontal, Cordillera Principal y sus valles. Se ubica en el sector Oeste de la Argentina y presenta una superficie de 129.000 km2. Los principales valles son: Iglesia, Calingasta, Barreal, Uspallata; luego al Este, en depresiones precordilleranas: Jáchal, Gualilán, Matagusanos y Ullum-Zonda, vistos de Norte a Sur.

Son cuencas elongadas con dirección Norte/Sur, rellenas por conos aluviales coalescentes y recargadas por ríos y arroyos de deshielo como Los Patos (49,7 m3/s). La población no supera los 20.000 habitantes que se concentran en localidades distribuidas a lo largo de ríos y zonas de descarga de agua subterránea. La actividad económica principal es la agrícola (forestal, frutales, pasturas, aromáticas), la ganadería caprina y el turismo.

Los sedimentos que rellenan estos valles poseen espesores entre 40 y 270 m. Los acuíferos son libres y los pozos arrojan caudales del orden de 100 m3/h, con rendimientos específicos de hasta 55 m3/h. El agua es de buena calidad y apta para cualquier tipo de cultivos.

Región 10. Piedemonte y Llanura Cuyana. Esta ocupa el sector Oeste del país donde cubre unos 86.000 km2. Los relieves montañosos de rumbo general Norte-Sur, constituidos por rocas de diferentes edades (Paleozoico al presente), definen cuencas rellenas por sedimentos de distinto origen con variada granulometría y espesor. Son alimentadas por cursos fluviales de régimen nivo-glaciar y constituyen importantes cuencas de agua subterránea, que se explotan intensamente para riego y, en menor medida, para uso industrial, ganadería y consumo humano. Se destacan, entre otras, las cuencas del Valle de Tulum y de los ríos Tunuyán, Mendoza, Diamante y Atuel.

Los principales acuíferos se alojan en terrenos sedimentarios del Terciario superior y del Cuaternario. Los últimos consisten en abanicos aluviales que, hacia el Este, pasan a la llanura aluvial extendiéndose hasta el río Desaguadero. El espesor de los sedimentos que albergan estas cuencas de agua subterránea varía entre unas decenas y unos 600 m y almacenan acuíferos libres, semi-confinados y confinados.