Usos y calidad del agua, la eficiencia que mantiene los oasis mendocinos

Contaminación agrícola

Todos los tipos de prácticas agrícolas y formas de utilización de la tierra, incluidas las operaciones de alimentación animal (granjas de engorde), se consideran como fuentes no localizadas. Estas fuentes son aquellas en las que los contaminantes no tienen un punto único y definido de ingreso en los cursos de agua que los reciben, sino que son de tipo difuso. La característica principal de las fuentes no localizadas se encuentra en la dificultad para la medición o control directo.

Los efectos adversos que la agricultura provoca en el recurso hídrico, tanto superficial como subterráneo, se relacionan con el uso de agroquímicos (fertilizantes, herbicidas y plaguicidas). Estos  aportan nutrientes y sustancias tóxicas que, sumados al aporte de sales acumuladas en el suelo, son solubilizadas por los excedentes de riego que percolan hacia el agua subterránea.

Con respecto al uso de herbicidas y plaguicidas es conveniente tener en cuenta que los envases vacíos constituyen también residuos peligrosos y deben respetarse las recomendaciones del ISCAMEN. La gestión de estos envases vacíos consiste en efectuar un triple lavado manual o bien uno con agua a presión que luego debe verterse dentro de la pulverizadora. Posteriormente el envase se  perfora para evitar su reutilización y sin retirar la etiqueta es llevado a un centro de acopio. Finalmente, será transportado del centro de acopio para su reciclado.

Figura 130: Fumigación manual en áreas cultivadas

 

Fuente: http://contaminacionambiental.net/ 

Figura 131: Fumigación mecánica en áreas cultivadas

 

Fuente: http://contaminacionambiental.net/