Las Mujeres y el Agua en la Provincia de Mendoza

La distribución del capital y el acceso al agua en la provincia de Mendoza lejos se encuentra de ser una relación equitativa. 

Como mencionamos, la relación mujer-agua-tierra y agricultura presenta inequidades en sus vínculos con respecto a los hombres.

En Mendoza rige, por disposición constitucional, el principio de inherencia en virtud del cual el agua se encuentra adscripta a la tierra a la que se concede, es decir el derecho al uso del agua para la agricultura se otorga a la tierra a la que beneficia. 

La mayoría de los títulos de propiedad de las tierras destinadas a la agricultura se encuentran inscriptos a nombre de hombres, aun cuando dichos inmuebles tengan calidad de bienes gananciales, en consecuencia de lo cual solo ellos podrán solicitar concesiones o permisos de uso del agua, a su cargo estarán las decisiones referidas a gestión intra finca del agua y el ejercicio de los derechos derivados de dichos títulos, tales como la participación activa en la gobernanza del recurso.

En consecuencia, muchas mujeres no participan de la gestión ni la gobernanza del agua o,más aún, nunca podrán ser titulares de una concesión o permiso de uso de agua. El riego es considerado simbólica y culturalmente una actividad de hombres a pesar que son muchas las mujeres que participan en ella. Estas condiciones hacen que, tanto en los proyectos de riego, en la definición de obras de infraestructura para la distribución del agua, como en la asignación de subsidios o en la definición de los componentes que atienden la asistencia técnica y el fortalecimiento, no se las consulte ni considere, y en general se las excluya de las decisiones y de los beneficios, potenciando la discriminación y la inseguridad que las afecta. 

Figura: Mujeres y el agua en Mendoza

 

aguaymujer

Fuente: Banco de imágenes del Departamento General de Irrigación.

Las mujeres rurales son agentes clave para conseguir los cambios económicos, ambientales y sociales necesarios para el desarrollo sostenible pero su acceso limitado al crédito, la asistencia sanitaria y la educación se encuentran entre los muchos retos a los que se enfrentan. Empoderar a este colectivo no solo es fundamental para el bienestar de las personas, familias y comunidades rurales, sino también para la productividad económica general, dada la amplia presencia de mujeres en la mano de obra agrícola mundial. (ONU MUJERES).

Como mencionamos, los roles estereotipados se encuentran con fuerza en materia de recursos hídricos, ya sea en los espacios de participación como de gestión.