Usos y calidad del agua, la eficiencia que mantiene los oasis mendocinos

La calidad del agua: uso para riego agrícola

Los cultivos necesitan, además de un riego planificado en tiempo y forma, calidad de agua que garantice la absorción por parte de las raíces. La calidad de agua de riego puede variar significativamente según el tipo y la cantidad de sales disueltas. El origen de las sales disueltas comienza desde la cuenca alta. Si el agua fluye en la parte media e inferior de la cuenca, la cantidad de sales transportadas disueltas en el agua es mayor. En estas zonas de regadío los problemas más importantes asociados a la calidad del agua son la salinización y sodificación del suelo. A medida que el agua se evapora, o es absorbida por los cultivos, las sales se acumulan en los diferentes horizontes de los suelos y a corto, mediano o largo plazo, actuarán en contra de los cultivos no tolerantes a la salinidad.

Los compuestos químicos que se utilizan sin control en la agricultura y los excesos de fertilizantes con nitrógeno y fósforo causan problemas en el ambiente. En relación al uso de herbicidas, insecticidas y fungicidas es importante que cada responsable de la aplicación tenga en cuenta las especificaciones que figuran en las etiquetas para el cuidado de la salud y del medio ambiente. Pequeñas concentraciones de pesticidas derramadas por mala gestión actúan como sustancias tóxicas. Abandonar envases con restos de pesticidas o arrojarlos en  cualquier sitio puede generar serios perjuicios para la calidad del agua, la muerte de la flora y fauna, además de pérdida de aptitud del suelo.