Disponibilidad de agua y población

Se calcula que en la Tierra hay unos 1.400 millones de km3 de agua. Sin embargo, solo una pequeña parte es dulce. El resto es salada y se encuentra en forma de hielo o vapor o situada en lugares inaccesibles.

Además, el reparto heterogéneo de este recurso, debido fundamentalmente a las diferencias en la distribución de las precipitaciones, hace que no todas las regiones tengan la misma disponibilidad. Los países del Norte de Europa disponen una media de agua en todos sus estados de 70.000 mpor persona y año, lo que no quiere decir que se consuma todo este volumen. Por otra parte en algunos países de la península de Arabia no pueden satisfacer las necesidades básicas de agua para beber o de higiene. En ciertos casos, la disponibilidad es limitada por la calidad del agua, ya que su nivel de degradación la inutiliza para determinados usos.

Por otro lado, el crecimiento de la población mundial en los últimos años, el aumento del consumo para usos no domésticos en las zonas urbanizadas y el incremento de la superficie de cultivos de regadío, hacen que, en muchos lugares la cantidad de agua existente se vea superada con creces por la demanda. En estos casos donde el requerimiento de agua es superior a la disponibilidad del recurso, se habla de escasez.

En el mapa siguiente se puede apreciar la disponibilidad de agua por países:

Mapa 1: Disponibilidad de agua en el mundo por país 

Fuente: Adaptado de World Resources Institute Whashington DC, (2000). 

El siguiente mapa resume regionalmente la disponibilidad global de agua versus la población. También subraya las disparidades continentales y en particular la presión ejercida sobre el continente asiático que alberga más de la mitad de la población mundial.

Mapa 2: Relación entre disponibilidad de agua y población por continente 

Fuente: Adaptado de UNESCO, Departamento de Urbanismo y Ordenación del Territorio, (2010).

El porcentaje de consumo de agua requerida por habitante aumenta debido a la mejora de los niveles de vida y al crecimiento poblacional. Si se suman las variaciones espaciales y temporales del agua disponible puede decirse que la cantidad existente para todos los usos comienza a escasear y nos llevará a una crisis hídrica. Por otro lado, los recursos de agua dulce se ven reducidos por la contaminación. Unos dos millones de toneladas de desechos son arrojados diariamente en aguas receptoras. Esto incluye residuos industriales y químicos, vertidos humanos y desechos agrícolas.

Las poblaciones más pobres son las más afectadas, ya que un 50% de los habitantes de los países en desarrollo se encuentra expuesto a fuentes de agua contaminada. El cambio climático produce efectos sobre los recursos hídricos. Con una tendencia perceptible hacia condiciones meteorológicas extremas más frecuentes es probable que las inundaciones, sequías, avalanchas de lodo, tifones y ciclones aumenten. Es posible que disminuyan los caudales de los ríos en períodos de flujo escaso y que la calidad del agua empeore debido al aumento de las cargas contaminantes y la temperatura.

Por otra parte, se avanza notablemente en la comprensión de la naturaleza del agua y de su interacción con el entorno biótico y abiótico. Actualmente existen proyecciones más precisas sobre los efectos del cambio climático en los recursos hídricos. La comprensión de los procesos hidrológicos permitirá que en el transcurso de los años se pueda contar con recursos hídricos suficientes para nuestras necesidades y reducir los riesgos de situaciones extremas. Sin embargo, las presiones sobre el sistema hidrológico continental aumentan al ritmo del crecimiento demográfico y del desarrollo económico, lo que plantea retos frente a la progresiva falta de agua y su contaminación.